PROFESIONALIDAD
Le dispararon. Pero la bala no llegaba, no llegaba. Harto de esperar
fue al bar. Bebió. Fumó. Consultó nuevamente el horóscopo en el
periódico. Sí, lo que había leído a primera hora de la mañana era
correcto: “Hoy morirá de un disparo”. Pagó. Hizo la compra. La llevó a
casa y puso ordenadamente cada cosa en su sitio. Volvió al punto de
partida. Se colocó en el sitio exacto, en la misma posición. La bala
llegó al fin pero sólo le rozó la manga de la chaqueta, sin riesgo
alguno para su vida. Decepcionado retornó a su hogar y entre dientes
maldijo: “¡Fíese ud de los horóscopos!”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario