Intrusismo profesional
Un hombre picó a una serpiente. El reptil, retorciéndose de dolor,
trató de succionar el veneno de la herida. Todo en vano: extenuada por
el esfuerzo inútil de succión, nada pudo contra el salvaje ataque y
murió. En los funerales, su viuda comentaba a sus allegados la mala
suerte del finado: ¡ ir a tropezarse en medio del inmenso desierto
precisamente con un humano… el más peligroso de los animales!.
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